Entre la edad de piedra y la del acero

Esculpir la piedra, fundir al acero, entre estas dos acciones, que en ocasiones se convierten en arte, se desarrolla toda la historia del hombre. Entre estas dos acciones discurre el hilo conductor que envuelve la zona de la Provincia de Terni. A través de lugares extraordinarios y de acontecimientos que implicaron a tantos y grandes protagonistas de la historia, este hilo liga a los antiguos habitantes de Umbria, que muchos siglos antes de Cristo cortaron las enormes piedras que componene el puzle de la muralla ciclópica de Amelia, liga a los ingenieros y a los técnicos y a los obreros que en Terni han fundido en las más modernas mezclas de saldadura de acero la Lanza de luz o la gran escultura de Arnaldo Pomodoro, en medio, existen miles de años de pequeños y grandes monumentos salidos de la maestría del hombre, símbolos de arte y de una búsqueda constante de armonía entre la creación del hombre y de la naturaleza que aquí, en Umbria meridional, se exhalta de manera especial: existen las piedras lisas del pavimento de las vías consulares romanas, las tumbas etruscas excavadas en la toba, las piedras cuadradas de los pueblos medievales y las esculpidas en los símbolos misteriosos de las fachadas de las iglesias románicas. Y luego también las de los maravillosos bajorelieves que adornan la fachada de la catedral de Orvieto y dentro, en las iglesias, en los palacios la explosión de color de los afrescos de Signorelli o de Piermatteo de Amelia que cuentan y cuentan y no paran de contar sus historias...