Turismo Terni
Fortalezas y castillos - Narni y alrededores
Explicaciones Detalladas
Fortalezas y Castillos - Terni y alrededoresFortalezas y Castillos - ValnerinaFortalezas y castillos - Amelia y alrededoresFortalezas y castillos - Orvieto y alrededoresArte e HistoriaDeportesSaboresNaturaleza y AmbienteCongresosAcontecimientos y EspectáculosAreas arqueológicasEdificios franciscanos
La Fortaleza Albornoz - Narni
La Rocca de Narni es el único ejemplo que existe aún visitable por entero, en la zona de la provincia de Terni, de las fortalezas que mandó construir el cardenal Albornoz para retomar el poder papal. Por eso, la majestuosa y vasta Fortaleza- que ha tenido un papel de primera importancia en los acontecimientos militares de la historia italiana, es también, el ejemplo de la decadencia de la autonomia del Municipio de Narni.
Tras el esplendor del S. XIV, el libre Municipio pasó a ser parte del Estado Pontificio, de tal manera que incluso los estatutos municipales fueron actualizados y se pasó del poder del podestad a la del vicario.
La fortaleza posee cuatro torres angulares cuadradas y el torreón, más alto e imponente, formado de la unión de dos torres. Domina el valle del Nera, ya Federico Barbarossa había descubierto su importancia estratégica instalando un asentamiento militar. La fortaleza en sí fue construida por orden del Cardenal Albornoz en 1367, sirviéndose de arquitectos especialistas en edificios militares, como el Gattapone y Ugolino di Montemarte.
La potente construcción militar fue utilizada durante siglos por papas y comandantes revolucionarios. En 1392 se le dio hospitalidad a Bonifacio IX. En 1449 se refugió allí Inocencio VIII. En 1789 los franceses despojaron la fortaleza de todas sus armas que fueron fundidas en Perugia para realizar cañones. En 1860 el coronel Luigi Masi, con 150 voluntarios, espugnó la fortaleza defendida por los partidarios del papa.
Castillo del Barone de Montoro - Montoro
Es uno de los castillos más grandes del territorio de Narni ya sea por sus dimensiones como por la complejidad de los acontecimientos históricos que le conciernen. Su nombre deriva del color (que se parece al amarillo) de la arcilla de la colina donde se erige la fortificación: un asentamiento colocado en el interior de un vasto conjunto residencial, que durante siglos ha englobado parte de las fortificaciones. Sobresale la torre de vigilancia de planta cuadrada, con una pequeña torre campanaria que le sobresale. El castillo aún hoy en dia, se utiliza, junto con el parque que lo rodea, como residencia señorial. Son muy antiguos sus origines; en el año 857 se cuenta como una de las posesiones de la abadia de Farfa y durante siglos tuvo un papel relevante. El castillo y la ciudad que surgió a sus pie consiguieron mantener una propia autonomia de Narni a pesar de estar tan cerca. Esto fue posible mediante una politica centrada en las relaciones con la corte papal, osea, aportando hombres y medios al ejército pontificio. En el S. XVI las relaciones con Roma se deterioraron y en 1528 una bula de Clemente VII ordenó a Montoro la devolución de algunos bienes a la Iglesia, entre los cuales, los estatutosdel castillo, que desde entonces todavia se conservan en el Archivo Vaticano. Para Montoro inició una lenta e inexorable decadencia.
La Rocca de Narni es el único ejemplo que existe aún visitable por entero, en la zona de la provincia de Terni, de las fortalezas que mandó construir el cardenal Albornoz para retomar el poder papal. Por eso, la majestuosa y vasta Fortaleza- que ha tenido un papel de primera importancia en los acontecimientos militares de la historia italiana, es también, el ejemplo de la decadencia de la autonomia del Municipio de Narni.
Tras el esplendor del S. XIV, el libre Municipio pasó a ser parte del Estado Pontificio, de tal manera que incluso los estatutos municipales fueron actualizados y se pasó del poder del podestad a la del vicario.
La fortaleza posee cuatro torres angulares cuadradas y el torreón, más alto e imponente, formado de la unión de dos torres. Domina el valle del Nera, ya Federico Barbarossa había descubierto su importancia estratégica instalando un asentamiento militar. La fortaleza en sí fue construida por orden del Cardenal Albornoz en 1367, sirviéndose de arquitectos especialistas en edificios militares, como el Gattapone y Ugolino di Montemarte.
La potente construcción militar fue utilizada durante siglos por papas y comandantes revolucionarios. En 1392 se le dio hospitalidad a Bonifacio IX. En 1449 se refugió allí Inocencio VIII. En 1789 los franceses despojaron la fortaleza de todas sus armas que fueron fundidas en Perugia para realizar cañones. En 1860 el coronel Luigi Masi, con 150 voluntarios, espugnó la fortaleza defendida por los partidarios del papa.
Castillo del Barone de Montoro - Montoro
Es uno de los castillos más grandes del territorio de Narni ya sea por sus dimensiones como por la complejidad de los acontecimientos históricos que le conciernen. Su nombre deriva del color (que se parece al amarillo) de la arcilla de la colina donde se erige la fortificación: un asentamiento colocado en el interior de un vasto conjunto residencial, que durante siglos ha englobado parte de las fortificaciones. Sobresale la torre de vigilancia de planta cuadrada, con una pequeña torre campanaria que le sobresale. El castillo aún hoy en dia, se utiliza, junto con el parque que lo rodea, como residencia señorial. Son muy antiguos sus origines; en el año 857 se cuenta como una de las posesiones de la abadia de Farfa y durante siglos tuvo un papel relevante. El castillo y la ciudad que surgió a sus pie consiguieron mantener una propia autonomia de Narni a pesar de estar tan cerca. Esto fue posible mediante una politica centrada en las relaciones con la corte papal, osea, aportando hombres y medios al ejército pontificio. En el S. XVI las relaciones con Roma se deterioraron y en 1528 una bula de Clemente VII ordenó a Montoro la devolución de algunos bienes a la Iglesia, entre los cuales, los estatutosdel castillo, que desde entonces todavia se conservan en el Archivo Vaticano. Para Montoro inició una lenta e inexorable decadencia.